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lunes, 30 de diciembre de 2013

Prevenir el abuso sexual en los niños: un propósito y un deseo.

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Un niño que es abusado sexualmente sufre física y emocionalmente, pues el abuso conlleva sentimientos de miedo, pérdida de confianza, inseguridad, daño a la autoestima, rabia, impotencia, traición…, ya que quienes se suponen que deben de cuidarlos los someten o bien, permiten el abuso.

“El problema del abuso contra los niños y niñas, y de su explotación, en particular la sexual, es un problema universal alarmante que necesita de medidas continuas de prevención y protección efectiva a escala local, nacional e internacional”.

Cuando se llega el fin de año pensamos en los deseos que logramos durante el año que termina y en los nuevos propósitos que queremos alcanzar para el año nuevo y entre esas reflexiones me encantaría sugerir hacer un frente común para prevenir el maltrato y el abuso sexual infantil.

El abuso sexual en los niños es un tema doloroso, pero se vuelve una extensión del maltrato el ignorar una realidad tan cruda, un evento que sucede más de lo que creemos y que merece toda nuestra atención.

El abuso sexual en los niños es una forma de maltrato que supone una relación de desigualdad, sea por edad, madurez, poder y muchas otras circunstancias en las que el niño o la niña quedan en desventaja, se encuentran expuestos y tienen menores posibilidades de defensa. 

El abuso sexual infantil puede ir desde exponer a un niño a pornografía o lenguaje sexual inapropiado, hasta el contacto físico en todas sus formas. Se trata de un problema relevante en todas las sociedades y culturas porque violentar a un niño, no solo destruye la infancia de ese niño o niña, sino que genera secuelas que los afectan de por vida (depresión, ansiedad, falta de integración social, suicidio, etc).

Tristemente la mayoría de los casos de abuso sexual infantil se cometen por personas que son cercanas a los menores agredidos, es decir; por personas en las que los niños confían y a quienes de alguna manera admiran o respetan (familiares, maestros, mentores, cuidadores); la relación de confianza permite la cercanía de la persona que pretende cometer o que comete el abuso, existe la seducción con palabras, objetos o actividades que el niño o niña desean oír, tener o hacer, puede suceder a través de sobornos o de amenazas y siempre abusando de la ingenuidad del niño, facilitan el acercamiento ciertas situaciones en las cuales un niño o niña pueden ser vulnerables de manera emocional, por falta de supervisión o de compañía. Es importante reconocer que el maltrato incluyendo el abuso sexual, sucede en todas las clases sociales, ambientes culturales o razas.

Un niño que es abusado sexualmente sufre física y emocionalmente, pues el abuso conlleva sentimientos de miedo, pérdida de confianza, inseguridad, daño a la autoestima, rabia, impotencia, traición…, ya que quienes se suponen que deben de cuidarlos los someten o bien, permiten el abuso.
La mayoría de los padres creemos que nuestros hijos nos contarán en caso de sufrir un maltrato o abuso sexual. Lamentablemente esto no siempre es así y es porque los agresores suelen amenazar o convencer a los niños para que no cuenten lo sucedido, además el niño o niña pueden sentirse responsables por haber sido abusados, creyendo que será castigado si se descubre la verdad. Por ello el niño debe saber de ti que puede acudir contigo en toda situación en la que se sienta incómodo o agredido.

El abuso sexual infantil se puede prevenir.

De acuerdo con lo aconsejado por la Academia Americana de Pediatría, es recomendable considerar los siguientes aspectos:
  1. Explicar a los niños que es el abuso sexual, de acuerdo a su edad. Esto debe ser un componente de la educación sexual infantil. Indaga si es un tema que se aborda en la escuela y participa.
  2. Enséñale al niño las partes de su cuerpo y explica porqué se consideran partes privadas sus genitales, usa los respectivos términos anatómicos: vagina, testículos, pene, ano, etc., las palabras no muerden y sí le dan al niño herramientas para expresarse adecuadamente sobre lo que siente y experimenta. Usa los términos de manera común y cotidiana.
  3. Pon atención: Proteger a un niño del abuso sexual no implica vigilarlo 24 horas de manera ininterrumpida, pero si puedes hacerle saber que siempre puede contarte todo lo que lo haga sentir incómodo y que nadie puede tocarlo porque su cuerpo es suyo y sea lo que sea tu siempre le vas a creer lo que te platique. Los niños dan señales, observa con mucha atención cualquier cambio, palabras que usa, preguntas que haga.
  4. Tómate tiempo para conocer a los adultos y a los niños que pasan tiempo con tu hijo o hija. Realiza visitas inesperadas en los lugares en lo que dejes a tu niño para que lo cuiden.
Adicionalmente hay algunas recomendaciones que empoderan a los niños y niñas para reconocer un contacto físico impropio y para no estar expuestos a situaciones de abuso sexual:
  • No obligues a tus hijos a mostrar afecto y emociones de manera física a otras personas: “dale un beso a tu tía”, “dale un abrazo a tu maestro”, etc., en nuestra intención de criar niños “socialmente correctos” corremos el riesgo de transmitir el mensaje de “no importa que no quieras besar a tu tía, tienes que hacerlo porque yo te lo digo y yo soy un adulto”, si el niño o la niña quieren hacerlo de manera natural y voluntaria perfecto, si no, siempre hay maneras de expresar el cariño y las emociones positivas, pero sobre todo toma en cuenta si el niño quiere hacerlo o no, para que no perciba que su voluntad no es importante. 
  • Dejemos de decirle a los niños y niñas que “sean buenos”, sobre todo cuando ello trae aparejado el comportamiento de obediencia y sumisión. Los niños que son castigados y maltratados físicamente para que obedezcan y que son incapaces de cuestionar la autoridad de un adulto, corren más riesgo de ser agredidos sexualmente, porque puede entender que el abuso es algo aceptable. En lugar de decirle a un niño “sé bueno u obedece” al dejarlo en algún lugar lejos de nuestro alcance y cuidado, podemos usar frases como “diviértete, disfruta, aprende mucho”… y “cuídate” tan repetidamente como si fuera un mantra. 
  • Escucha a tus hijos: en las pequeñas cosas que tienen que decir, porque sí lo haces se acercarán a ti cuando tengan que decir cosas más grandes, escucha activamente, has preguntas, sigue y mantén la conversación, demuestra interés genuino en lo que tienen que decir.
  • Concientiza que los agresores de niños no siempre son cómo los imaginamos, desafortunadamente pueden ser personas a las que queremos cerca de nuestros hijos, en quienes confiamos y peor aún, en quienes nuestros hijos confían y muchas veces aman (eso ayuda a mantener el “secreto”), de un desconocido casi siempre están más a salvo, porque de manera natural los protegemos de los extraños, pero no de los conocidos. Reconoce que el abuso sexual infantil no siempre lo cometen adultos, sino menores de edad que son mayores que el niño o la niña agredidos. 
Todos podemos hacer algo para prevenir el maltrato y el abuso sexual en los niños, hablar de ello sin tabués es un primer paso, pero que hagamos todo para prevenirlo y evitarlo es lo que los niños necesitan, los niños son un interés común sean o no nuestros, porque representan lo que fuimos y lo que será nuestra sociedad, cuidarlos y empoderarlos es una responsabilidad compartida, denunciar el abuso cuando se detecta también es nuestra responsabilidad, interesarnos por un niño que no recibe atención o que vemos más desprotegido es nuestra responsabilidad, un niño siempre necesita protección y amor y somos los adultos quienes debemos dárselos incondicionalmente. 

Con el propósito y deseo de prevenir el abuso sexual en los niños este 2014, te deseo un Feliz Año nuevo.

Karla Lara

http://www.mamanatural.com.mx/2013/12/prevenir-el-abuso-sexual-en-los-ninos-un-proposito-y-un-deseo/

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