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viernes, 10 de octubre de 2014

Ébola en España: la epidemia del miedo

Virus del Ébola
Cuando la noche del pasado lunes saltó la noticia del contagio por ébola de una de las enfermeras que atendió al segundo misionero fallecido en España por esta causa, estalló la alarma social. 

Se trataba del primer caso en España, en Europa y en el mundo entero de contagio ocurrido de persona a persona fuera de África. Los casos que se habían producido hasta entonces en países occidentales (como los dos misioneros fallecidos en España o el del ciudadano estadounidense que contrajo la enfermedad al viajar a Liberia, su país de origen), eran lo que epidemiológicamente se llama “casos importados”. 

El pánico –mucho más contagioso que el virus del Ébola- empezó a extenderse entre la población española.

Los medios de comunicación, encantados de responder a las ansias de información de la población (y de paso, aumentar sus audiencias y sus ingresos) avivan desde el lunes el fuego del miedo. 

¡El ébola en prime time! Desde entonces, el minuto de oro de la televisión lo está ocupando cada día la fiebre hemorrágica. Ya no se trata de una tragedia que está ocurriendo en África y que podemos ver tranquilamente en la pantalla desde el sofá de casa, haciendo zapping saltando de Gran Hermano a Máster Chef. ¡Ha llegado a España! ¡Los audímetros echan chispas!

¿Quiere esto decir que no me parezca importante y noticiable que una de las auxiliares de enfermería que atendió al misionero se haya contagiado? ¿Pienso acaso que no debe investigarse a fondo qué ocurrió, qué falló en el protocolo previsto precisamente para evitar contagios? Por supuesto que no. A lo que me niego es a ser cómplice pasivo de la propaganda sensacionalista en torno al ébola. Los mayores estragos que causa una enfermedad cómo ésta tienen su origen en el miedo. 

El miedo es lo que subyace en las medidas absolutamente draconianas que los gobiernos de los países africanos golpeados por el ébola están imponiendo a sus poblaciones (cierre de fronteras, cuarentena de ciudades enteras, bloqueo de carreteras y fuego a discreción) y que están a punto de tener, si no las han provocado ya, consecuencias dramáticas reales y un sufrimiento atroz en la población del que tardarán en recuperarse. 

Un estudio llevado a cabo por investigadores de Harvard recién publicado en la gran revista médicaPlos One confirma lo que yo mismo anunciaba el otro día desde Tener S@lud  (y le aseguro que hubiera preferido no tener razón): que las medidas de cuarentena de las poblaciones de África para, en principio, evitar la propagación del virus del Ébola, están creando una catástrofe, con un “alza exponencial de los casos detectados”. Así pues, es peor todavía de lo que temía. (1) (2)

Confinadas en sus casas por la represión gubernamental, peor alimentadas que de costumbre y víctimas de una higiene que se degrada, miles de personas han contraído el ébola por culpa de medidas absurdas tomadas bajo la presión de la “comunidad internacional”. Bajo la presión del miedo. 

El miedo es una emoción primaria provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. El miedo es real cuando se corresponde con la dimensión del peligro que lo causa. Y es neurótico o patológico cuando es desproporcionado respecto a la amenaza. 

El miedo, sobre todo cuando alcanza una dimensión social generalizada, hace aflorar lo peor de cada uno: cuestionarse si se hizo bien repatriando a los misioneros infectados en África (en lugar de dejarles morir allí), el linchamiento público de cualquier responsable que haya tenido algo que ver con la gestión del caso, sin esperar siquiera a depurar responsabilidades, si es que las hubiera.... ¡Que rueden cabezas! Las de quien sea, pero que rueden. 

Me gustaría pensar que las centenares de miles de personas que se han movilizado para intentar salvar al perro de la enfermera española de ser sacrificado sienten la misma compasión por la suerte que están corriendo miles de desdichados en África. Incluidos los trabajadores sanitarios que están pagando con su vida la atención a los enfermos. 

Diga no al miedo

No se deje manipular y diga NO a la psicosis en torno al ébola. Diga SÍ a la información objetiva y sosegada, a las medidas de precaución tranquilas y de sentido común. 

El riesgo de contagiarse con el virus en España, al igual que en el resto de países de nuestro entorno, es muy bajo. Eso no quiere decir que sea inexistente, como se ha comprobado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) no descarta que pueda haber más casos, pero lo que sí descarta es que se lleguen a producir brotes como en África. (3).

Creo que es imprescindible evitar que se extienda el pánico irracional. Por eso le animo a reenviar el e-mail de hoy a todo su entorno y a compartirlo en sus redes sociales. Es nuestro granito de arena para luchar contra los verdaderos estragos que está causando esta enfermedad: la ignorancia y la manipulación. Muchas gracias. 

¡A su salud!

Juan-M Dupuis 

Fuente: Tener S@alud


Carta de un médico español experto en ébola desde Sierra Leona
Freetown (Sierra Leona) 7 de octubre de 2014.
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Soy un médico español en Sierra Leona trabajando con una ONG en el tema del ébola que, como ya saben, está azotando a una parte de África desde hace más de 6 meses, y que ahora, desgraciadamente, ha llegado a España. Se trata del primer caso de contagio directo de ébola fuera de un país africano en la historia de la enfermedad.
Estamos poniendo en marcha en Bo, que es la segunda ciudad del país, un centro de aislamiento y tratamiento de pacientes de ébola, casos sospechosos y confirmados, que son acogidos en el centro en cuanto aparecen los primeros síntomas, generalmente fiebre, que es cuando la enfermedad empieza a ser potencialmente contagiosa. A los pacientes se les hace el correspondiente test y los cuidamos hasta que tenemos el resultado del laboratorio. Si es negativo, el paciente se va a casa, pero un equipo sanitario les visita a diario y hace un seguimiento del paciente y sus más allegados durante 3 semanas. En caso de que el resultado del laboratorio sea positivo, se inicia el cuidado intensivo y tratamiento del paciente.
Así funciona esto en un país donde hay, hasta el momento, más de 2.400 casos positivos y casi 700 muertes, según informes del Ministerio de Salud. Aunque probablemente sean más, porque las comunicaciones no funcionan muy bien y es posible que haya muchos casos que se pierden. Ya es sabido, gracias a la gran difusión mediática de este problema, que cada persona infectada puede infectar de 2 a 6 personas.
Señora ministra de Sanidad, con todos mis respetos, algo ha fallado. Y sinceramente, creo que las informaciones que se están dando en los medios de comunicación en España sobre el triste y lamentable caso de la colega infectada, sin dejar de ser ciertas, no son del todo exactas. Aquí, en el terreno, donde se vive el día a día de esta enfermedad, tenemos otra manera de ver las cosas, y seguramente otras respuestas muy diferentes a las que el Gobierno y algunos colegas están dando.

No es mi intención angustiar a nadie ni crear situaciones alarmistas, pero se está maquillando la verdad. O no se están diciendo las cosas claras. No quiero creer que sea a propósito, prefiero pensar que es por desconocimiento del tema, y por no saber muy bien de lo que se habla.
Usted debe tener conocimiento a estas alturas de que los equipos de protección personal, técnicamente llamados PPE (Personal Protection Equipment, aunque los llamaré trajes, para abreviar) que se usaron como protección no eran los adecuados para esta enfermedad. Como ya debe saber, la OMS tiene diferentes grados de protección según la enfermedad a la que se hace frente, y el ébola requiere el nivel más alto de protección por su gravedad, su alto riesgo de contagio y, sobre todo, por el poco conocimiento que los profesionales tenemos de la misma. El traje adecuado aísla completamente del entorno, no hay ni una micra de piel sin protección, sin cubrir, y algunos de los elementos son dobles, como es el caso de los guantes.
Los compañeros que entran regularmente a una zona de riesgo, zona de aislamiento o que puedan estar en algún momento en contacto con pacientes sospechosos o confirmados, además de llevar el traje, reciben un entrenamiento de 2 semanas en un centro adecuado y por profesionales cualificados. En nuestro caso, aquí en Sierra Leona, es Médicos Sin Fronteras quien nos da el entrenamiento, probablemente los profesionales con más y mejor experiencia, los que mejor saben tratar y gestionar el ébola.
Las medidas de protección son muchas más que el traje de protección, y se llevan a efecto constantemente (espray con agua clorada, recipientes para lavado de manos con agua clorada en cada esquina, desinfección con este mismo tipo de agua para suelas de zapatos, etc.). Solo para darle una idea: la colocación correcta del traje (PPE) lleva unos 10 minutos, y la retirada del mismo es un proceso de unos 20 a 25 minutos donde se siguen estrictamente unos pasos ordenados y bajo la supervisión de dos personas: una, continuamente desinfectando con espray; y otra, recordando los pasos que hay que seguir. Incluso los más expertos en el tema, los que entran a diario en las zonas de riesgo varias veces -porque no se puede estar con un traje de este tipo más de una hora por peligro de deshidratación-, incluso los más habituados al largo y tedioso proceso de poner y quitar el equipo de protección personal, se olvidan a veces de algún paso o se equivocan en el orden de los procesos y protocolos, y eso puede llevar al contagio.
Para muestra un dato: más del 90% de los trabajadores de salud infectados (que son muchísimos), se infectaron por no seguir los protocolos adecuados o por no llevar el traje adecuado, todos por fallo humano. El otro 10% se contagiaron fuera del entorno de trabajo, por algún familiar, relaciones sexuales, etc.
En fin, no quiero aburrirles más, pero es todo muy complejo y no es de extrañar que lamentablemente haya habido un contagio. Ojalá que se quede solo en eso y se aprenda de los errores (si los hubo) y, por encima de todo, que todo vaya bien para la colega infectada.
Atentamente

Dr. Jose Maria Echevarría
Foto: Gabriela Echevarría

Fuente:http://www.huffingtonpost.es/jota-echevarraa/carta-de-un-medico_b_5950690.html

Josep Pamies (Agricultor) dice que el miedo mata más que el virus y que el ébola se puede curar




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